Al norte documentamos una batería de casas entre las que se distinguen con claridad al menos 3, que como hemos visto presentan una planta muy simple, unicelular, con pilar central y entradas siempre al sur, y una calle perpendicular al espacio central, orientado igualmente de norte a sur y que es utilizado para la implantación de los sistemas de saneamiento de las viviendas (atarjeas, canalizaciones de atanores y pozos ciegos).
Entre este conjunto de viviendas y el muro de cierre septentrional, localizado en el sector V, existe un espacio sin excavar en el que es posible plantear hipotéticamente la existencia de otra batería de casas.
Al sur se percibe con claridad una unidad doméstica con dos crujías, al este y oeste, patio central con pozo de agua, y una serie de naves paralelas en la zona occidental que se construyeron de forma aterrazada, siguiendo las curvas de nivel hacia el oeste, siendo la parte más elevada la que se corresponde con el patio del Sector I. Los accesos se estructuran todos hacia el Norte, existiendo tres pilares en la zona de calle mientras que todo queda delimitado por otro muro de mampostería que discurre de suroeste a noreste.
Dado que conocemos los límites septentrionales y meridionales, definidos por estos muros de mampostería, pero no por su definición por el Este y Oeste la explicación funcional del yacimiento permite plantear dos hipótesis:
1.- En caso de que en las actuaciones futuras se consiga definir algún cierre que demuestre que se trata de un complejo acotado, podríamos pensar que se trata de una pequeña unidad de explotación agrícola con una explanada central entorno a la cual se articulan las estructuras de habitación.
2.- Por el contrario, en función del estado actual de los restos es factible plantear que nos encontremos ante un fenómeno de arrabal poco desarrollado y extendido espacialmente que deberíamos insertarlo en el proceso de conurbación experimentado por Qurtuba a lo largo del siglo X. El origen de este arrabal se asociaría a la existencia en esta orilla del río Guadalquivir de una serie de almunias, siendo la más relevante la de Munyat al-Nācūra, y la Musara.
En tal caso, el espacio central debería ser interpretado como un vial de articulación del territorio, entorno al cual se creó el arrabal.
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