Esta intervención se realizó vinculada a las obras de la A-7, trao de La Gorgoracha, con motivo de los resultados de una prospección arqueológica previa.
Inicialmente se trata de un yacimiento romano que tras su excavación se comprueba que no existe y que sólo se trataba de aportes antrópicos procedentes de la destrucción de un asentamiento de esa misa época y que debió localizarse en sus proximidades.